La torre del palacio de la princesa Amidala

Ya avisé en una anterior entrada que estaba buscando una imagen interesante pero no pude conseguirla en su momento.
Yo la había visto en mi mente, pero no sabía cómo conseguirla.
El mismo día que fotografié los gigantes nocturnos, intenté lo que hoy os muestro, pero no obtuve los resultados esperados, no supe captar lo que mi mente creaba. Así que un día me fui a verlo a deshora. No era lo mismo Naboo con la luz de su estrella más cercana alumbrando fuertemente. Pero allí estaba la torre custodiada por esos gigantes.


Por si queréis ver una panorámica del resto de la plaza donde se encuentra esa torre, os dejo este video.

Una vez logrado el encuadre, sólo había que ir a la hora deseada. Fui un poco temprano cuando el sol llevaba poco tiempo escondido y por eso el cielo salió todavía con ese tinte azul intenso.


Esperé a que la noche se apoderara del ambiente y sólo las luces artificiales iluminaban la escena. Y moviéndome al amparo de las sombras busqué nuevos encuadres.


Los gigantes no dejaban de custodiar la torre y cuando El Arte se asomó para admirar su belleza, uno de ellos se acercó de dos grandes zancadas y le quedó petrificado. Fui testigo de esa escena que todavía hoy me pone los pelos de punta.


Desde entonces no he vuelto por el lugar a esas horas.
Aunque, en mi cabeza queda la idea de esperar otro día a que las tres lunas que tiene el planeta se puedan encuadrar dentro de la imagen, seguro que queda mejor la fotografía. Quizás en una nueva visita a ese planeta.
Os dejo un plano del lugar para que os situéis.