Fue un día largo, comenzó a sonar el despertador a las 5 de la mañana, no un riiiiing estridente que más que despertar asusta, no, sonaron los cantos de los paseriformes del bosque que tengo grabados en el móvil para usar en casos como este. Así que el despertar fue más suave y tranquilo gracias a ellos.
Estaba planeado comenzar a andar una ruta por Hornachuelos a las 8 de la mañana para no coincidir demasiado con los calores del día que también habían decidido salir a pasear ese día, pero un poco más tarde. Los horarios no se cumplieron y llegamos con un poco de antelación al lugar de inicio y cuando nos quisimos dar cuenta ya estabamos metidos en faena.
Yo nunca antes había estado en Hornachuelos, es un pueblo construído en parte en la cresta de un cortado calizo con numerosos recovecos y pequeñas cuevas que hacen las delicias de vencejos, golondrinas, aviones y palomas, que encuentran ahí su lugar de cría.
El sendero que recorrimos discurre por la ribera del río Bembézar donde sus aguas duermen tranquilas remansadas por los ambalses. Destacaron durante todo el recorrido los abundantes zygópteros en forma de Platycnemis acutipennis que desde primera hora de la mañana se soleaban en la pendiente del valle alejadas unos cuantos metros del cauce del río. Vimos machos y hembras por separado, pero también haciendo cópulas para perpetuar la especie en este lugar.
Platycnemis acutipennis hembra
Cópula de Platycnemis acutipennis
Platycnemis acutipennis macho
Otro animal que destacó esa mañana por su abundancia fueron las lagartijas colilargas (Psammodromus algirus) que salían en busca de los primeros rayos de sol que les calentase su fría sangre. Casi a cada paso se oía correr a refugiarse alguna lagartija y siempre que pudimos observarlas se trataban de la misma
especie de cola larga.
Psammodromus algirus macho
Seminario de Nuestra Señora de los Angeles
Bonito lugar eligieron los monjes para establecerse y más aún cuando en 1490 se fundó y el cañón era más profundo debido a que por aquel entonces las aguas no estaban embalsadas.
Seminario de Nuestra Señora de los Angeles
Ahora los numerosos aviones, golonndrinas y vencejos hacen de esta edificación su casa de verano.
Seminario de Nuestra Señora de los Angeles
A la vuelta, las observaciones de
Platycnemis acutipennis siguieron sucediendose y ya algunas mariposas también volaban por la zona, una de las más abundantes fueron las
Satyrium spini, que como curiosidad cabe destacar que los machos tienen
androconia, bonitas mariposas del géreno Lycaenidae, pequeñas y apacibles entre las flores.
Satyrium spini
Pero no sólo ellas volaban entre la vegetación, las bellas Iphiclides podalirius y Gonepteryx cleopatra, por ejemplo también se lucían con sus vuelos. Y hasta una mariposa a la que sólo podemos encontrar en Europa en la Península Ibérica, Francia e Italia, la llamativa Zygaena sarpedon.
Zygaena sarpedon
Y ya llegando casi al final del recorrido a medio día, que fue nuestro punto de partida por la mañana en las aguas del embalse se dejaron observar un par de preciosas
Oxygastra curtisii, especie de libélula catalogada "En Peligro" a nivel nacional y ubicada en la categoría "Sensible a la alteración de su hábitat" en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, todo esto nos da una idea de la importancia que tiene esta especie de odonato. Donde la Oxygastra vuela, hay calidad de aguas y de riberas y tristemente cada vez es más escasa. Como es una especie muy territorial, está constantemente volando recorriendo su territorio de manera casi sistemática así que la foto la he dejado para otra vez. Pero hubo oportunidades con otras libélulas, una
Trithemis annulata nos mostraba las venaciones rojas de sus alas mientras descansaba en el extremo de una pequeña rama cercana a la superficie acuática.
Trithemis annulata
Y como por arte de magia apareció el rojo vivo de una Trithemis kirbyi, especie de procedencia africana que lleva poco tiempo en nuestra península, desde que en 2007 se observara un ejemplar en un arroyo de Málaga, sus poblaciones se están expandiendo rápidamente por otras provincias de Andalucía. En esta ocasión pudimos observar dos o tres ejemplares que no dudaron en posar para la cámara.
Así concluimos la mañana. Un lugar para volver, sin lugar a dudas. Por la tarde paseamos por otra zona cercana en busca de nuevas especies de odonatos y lo que nos saliera al paso, por su puesto, pero eso lo contaré en otra entrada.