Alumbrando un nuevo día

Quise dar un paseo lejano. Acercarme a un lugar al que sólo con ayuda de la imaginación alguna vez tuve el valor de asomarme.

Encontré un mundo de fantasía en el que un pálido sol alumbraba oscuridad tras las negras nubes. La creatividad de un dios ignorado por la mente de los hombres, había sido capaz de engendrar un universo paralelo en el que todo era diferente, pero a la vez semejante. Todo era etéreo, era parte de un pensamiento.

Era fácil impresionarse por la falta de paisajes, el desconcierto era total. Se me hizo raro encontrar un atisbo de arcoiris coronando un lucero que más que iluminar, parecía querer absorber la escasa luz de este mundo.

La sensación experimentada fue una falta total de sentimientos en un lugar desapacible y titubeante. Se adivinaba una atmósfera afligida durante eones pero que estaba a punto de nacer. Un submundo al que todavía no había llegado la sinrazón del hombre para acabar de estropearlo todo.

Quizás, no supe ver más que con los artificiales ojos fabricados por manos imparciales, que no quisieron mostrarme un ambiente sereno enclavado en un tiempo nuevo. No obstante, presiento que a medida que crezca, evolucionará hacia un apolíneo sueño.